la digerida comida incapaz de llegar a las cutículas,
los diez recogedores
de escombros
dejados atrás por la rutina,
el tedio,
y el incesante cambio de la vida.
¡He ahí la Mugre: el rastro de la vana ilusión,
el vertedero de lo que tocamos,
la punta de los tentáculos férreos
del pecado, de la construcción y de las caricias,
todo engendrado de las mismas extensiones!
¿Y para tragarnos el círculo,
el verdadero, el despojado de redondez?
te invito a comernos las uñas …
II
…Una uña perfilada casualmente
o
causalmente, desgajó la cordura
entre pelo y araña,
subestimando la capa,
ahora escondida
en las rendijas
entre piel y uña.
El olor remienda,
como remembranza
bordeada de hermosura,
o quizás, ya blandidamente,
de fealdad;
y es la nariz la que siempre se aproxima
inaugurando caminos de frescura o bocanada,
aunque pre ero el olor-humo
porque acaricia mas no se queda
al otro extremo de la cutícula,
en el cajón de los desechos …
III
… Los pies también llevan guaridas
atrapando al polvo
que se alza por cascajos y gritos hasta, flotando, dar con nuestros dígitos…
IV
… Recolector de caspa:
deja ver las entrañas de tu aborto
antes de que llegue la Lima …
V
… Caricia, cosquilla, rasguño,
recogida,
cortada,
pintada,
artificiosamente extendida …
James R. Cantre Morales
Nació en Río Piedras, Puerto Rico (1986) y se crió en el municipio de Toa Alta “Cuna de Poetas”. A los dieciséis años de edad comenzó a participar en talleres de poesía y como producto de estos talleres, algunos de sus poemas forman parte de la antología La magia de la palabra escrita (2007), publicada por el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe. En el 2007 publicó su primer libro S/X (Terranova Editores) y bajo su propio sello editorial digital publicó El péndulo de hojalata (Letra & Pixel, 2008). Cursó estudios en Filosofía hasta graduarse de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Actualmente cursa un postgrado en Filosofía China en la Universidad de Fudan, Shanghái.
El escritor y crítico literario Dr. Marcelino Canino ha comentado: «En realidad la naturaleza de sus poemas no encuadran dentro de la tónica general de los poetas de su generación. Y es que James se ha propuesto ser “diferente y a la vez muy similar”. Aspiración que aunque parece contradictoria no lo es, pues en el fondo se deslíe el ánimo de la armonización de contrarios».
Juan Mi Pibernus graba, edita, filma y fotografía cualquier idea loca que le surja o proyecto colaborativo que llegue a sus manos. Sketches, películas, vídeos musicales… Su hermano actor Luis Pibernus nunca dice que no a sus proyectos y protagoniza casi todos sus cortos. Juntos hicieron “Tarde”, “El circo de los Hermanos Pibernus” y mucho más. Juan Mi es también actor en el San Juan Drama Company y estudiante en la UAGM de Cupey, Puerto Rico.
El tipo tenía un peinado a lo Elvis Presley en combinación con un bigotito de bolerista latinoamericano. Siempre de manga larga y un pañuelo empapado con el zumo del dolor de un macho cabrío que canta en los bares al lado de la vellonera. Se quitaba la camisa en el balcón y se quedaba en una camisilla sin mangas fumando, mirando al horizonte. A veces se buscaba en los bolsillos. Siempre tenía menudo. Colocaba los chavitos prietos en un pote de cristal y con el resto salía y regresaba al rato con una cajetilla de cigarrillos en el bolsillo de la camisa.
Así recuerdo al Man, como lo llamaba su familia -nunca frente a él- los domingos, cuando íbamos al residencial a visitar a los primos de los primos. Una familia extendida en el más amplio registro de la palabra extensión. Todos eran primos. Hasta los vecinos más cercanos.
Era un apartamento de dos cuartos en el que vivían seis personas. Yo era muy pequeño. Tanto que me parecía grande aquel apartamento y Joseíto, el único que me hablaba directamente, era mayor que yo y apenas tendría ocho o nueve años. Siempre hablaban de lo bueno que era para las matemáticas. Lo envidiaba porque a mí los números me daban vértigo desde que me acuerdo.
El Man -que en realidad se llamaba José- se quedaba siempre en el balcón que daba a la calle del edificio E. Apenas hacía 10 años se había construido aquel complejo residencial con el que el gobierno pensaba resolver las diferencias de clases. José- el Man- venía de un campo de Carolina, una vieja hacienda cañera abandonada en la que trabajó su padre hasta morirse y él desde los 12 hasta los 14, cuando se dedicó a otra cosa que nadie sabe qué era. Joseíto siempre le buscaba la vuelta. Trataba de estar cerca de él y establecer alguna comunicación con el galán de novela. Rara vez el Man le devolvía el interés.
En algún momento dejamos de visitarlos. 30 años después, Joseíto, que ahora se llamaba Cheo, estaba en casa de una vecina de mi Vieja, reparando unos closets de madera y unas puertas. El niño matemático era ahora carpintero. Si lo apuraban mucho también jardinero. Lo saludé cuando salió a lavarse las manos afuera, en la manguera del jardín. Respondió al saludo con un leve gesto levantando las cejas. No quise interrumpir su silencio laborioso.
Hace años, el Elvis criollo con cara de Aceves Mejía fumaba mirando al horizonte cuando en un movimiento desusado acarició la morusa de Joseíto que estaba ahí a su lado como quien no quiere la cosa. Lanzó el cigarrillo del balcón a la calle y se dispuso a salir. “¿Te acompaño?” se atrevió a preguntar el niño. El Man lo miró a los ojos unos segundos. Sonrió. “Vamos a hacer una cosa, cuenta estos chavitos que hay aquí en el pote, y cuando yo regrese del colmadito me dices cuánto hay” – le dijo el Man a Joseíto, que jamás había escuchado oración tan larga de su padre. El Man salió a buscar cigarrillos. Jamás volvió a verlo.
Cuando comenzó a trabajar de carpintero en la fábrica de muebles se enteró por el supervisor, que era del mismo residencial y se tomaba sus cervezas en el mismo bar que el Man, que su Viejo era taxista en Nueva York. Cheo siguió trabajando como si le hubieran dicho que esa tarde iba a llover.
Meses después, en Semana Santa, Cheo tomó un vuelo para Nueva York. Corrían los años 70’s. LLegó de madrugada. Una sola maleta. De mano. Desayunó en la 106. Caminó hasta Central Park y esperó dos horas y media mirando cuidadosamente a los taxis estacionados. De repente se acercó a un conductor rodeado de otros taxistas contando alguna cosa. Los demás se reían y alguno se agarraba los güevos como si en el acto de reírse se le fueran a caer. El taxista parlanchín, amablemente, le preguntó al recién llegado hacia dónde se dirigía. “A ninguna parte” dijo Cheo. Abrió un bolsillo de su pequeña maleta y sacó un envase de cristal. Abrió la tapa de plástico y arrojó las monedas en la cara del taxista.
Son 247 chavitos prietos, pedazo de cabrón-. Nunca más volvió a verlo.
He tenido desnuda la memoria
cuerpos han desfilado por mis neuronas
como quien transita un suspiro
desvela empolvados momentos
entre miradas en fuga.
He tendido en cuerdas recuerdos
vocalizado con mis dedos un nombre
el cántico entrecortado del teclado
vocales tatuadas de pieles
el asesinato de un silencio.
He palpado eternizados momentos
imaginado nostalgias en algún silencio
diagramado imaginario de leyendas
donde no cabe arrítmica historia
ni versos de poetas.
He teñido el tiempo de verbos
calcado en mis ojos fuegos en piel
en el eclipse intranquilo de gemidos
hereje comunión de húmedas trasnochadas
lenguaje del tatuaje de dientes en un cuello.
El 15 de marzo nuestra realidad se alteró. Cuando salimos a la calle a hacer las diligencias indispensables íbamos cubiertos. Cubre-caras, mascarillas, tapabocas se conviertieron en nuestra protección. En un principio ni nos mirábamos a las caras por miedo a que el virus entrase por las pupilas.
Poco a poco nos fuimos mirando, saludándonos con un gesto, sonriéndonos a través de las telas. Ahí fue que nació este proyecto. Es un canto a la humanidad que nos habita.
Estas fotos son un intento por recordarnos que nuestro humanismo está presente y más ahora que al usar estas barreras para el virus mostramos el respeto y el amor hacia aquellos con los que compartimos este momento.
Jimmy Robinson tuvo minuto y medio de gloria pero en aquel momento nadie supo que era su mejor momento. Pasarían años de frustraciones antes de que todo el mundo le recordara que aquellos 90 segundos habían sido los mejores de su vida.
Jimmy era alto, flaco, negro, usaba partidura al lado izquierdo. Su sonrisa y rostro elegante parecían los de un pianista. Al menos aquella noche, 7 de febrero de 1961, todavía conservaba aquel perfil y don de gentes que le ganó el mote de Sweet. Así lo presentaron antes del combate. Había subido al ring apresuradamente, nervioso, hasta que escuchó “en esta esquina, con un peso de 175 libras, Jimmy Ssssssweeeeeet Rooobinsoooon”.
¿Por qué había subido un poco intranquilo? Bueno, un día antes había salido del 5th Street Gym en el que entrenaba listo para su turno de trabajo en el salón de billar donde se buscaba el peso entre cada pelea. De hecho, por esos días estaba pensando dejar el boxeo y quedarse preparando tragos allí en Liberty City. Su carrera había empezado bien pero en aquellos días de febrero ocho combates parecían suficientes. Cuando digo que había empezado bien me refiero a que debutó poco menos de un año antes noqueando a un tal Leroy. Semanas después venció por puntos y menos de dos meses después le quitó el invicto a Jack Sinatra, que venía de anestesiar dos veces a Kid Palace, cuya carrera culminó dos años después sin ganar una pelea y habiendo sido noqueado las ocho veces que se encaramó en un ring.
Aquel triunfo sobre Sinatra lo llenó de esperanza. Quizás el boxeo lo sacaría de pobre. Quizás es realmente bueno en esto de dar puños y evitar recibirlos. Pero entonces, algo pasó. Perdió cuatro combates y en par de ellos despertó en el camerino cuando Clyde, su entrenador, le lanzó agua fría en la cara.
Me detengo aquí porque sé lo que están pensando. ¿Sinatra? ¿Jack Sinatra? No me lo inventé. No creo que fuera hermano de Frank. Uno podría pensar en alguna relación puesto que el padre del cantante fue un peso gallo en sus años mozos. Y si no saben quién es Frank pueden dejar de leer ahora y dedicarse a lo suyo. El asunto es que si han llegado hasta aquí y la curiosidad los lleva a investigar quién era Jack Sinatra no encontrarán otra cosa que una alusión a un whisky que no voy a promocionar gratuitamente.
El asunto es que Jimmy había estado pensando en que su rostro todavía no mostraba los embates de más de media docena de encuentros en menos de un año. Era joven, podría buscarse otra forma de vida menos dolorosa, pero Clyde le convenció. Era una locura. Sin embargo, si quieres tener éxito en la vida tienes que arriesgarte. ¿El riesgo? Subirte al ring a pelear -te avisan 48 horas antes- con un muchacho que poco menos de un año antes ganó una medalla de oro en la división semipesada durante los Juegos Olímpicos en Roma. Además, tú entrenas en el gimnasio del promotor, que es el hermano del entrenador de tu rival.
– No sé, Clyde, no creo que esté en forma.
-Lo llevas en la sangre y es tú momento, Sweet- le aseguró el entrenador. Además, ¡has estado entrenando cinco días a la semana desde tu último combate!
– Sí, pero, ¿300 dólares? ¿Como reemplazo? ¿Qué le pasó a Willie?…-
-¡Willie Gullat es un cobarde! Dice que prefería ir a beber antes de pelear con Clay por $300 dólares.
– Pienso igual que Willie…
-¡Pero no eres un jodido cobarde!
-No- dijo Sweet- arreglando su partidura con una peinilla de pasta negra- pero tampoco soy un miserable idiota.
-Cojones, Jimmy, todavía eres joven, eres tan fuerte como él y, ¡hey! tienes mucha más experiencia en el boxeo profesional.
-Eso es cierto.
-El asunto es que no tienes ni que ganar. Una buena pelea contra él te llevará a mejores bolsas y a otros lugares. $300 ahora, pero una buena exhibición representa miles de dólares.
Jimmy Sweet Robinson secó la madera sobre la que servía los tragos con su paño blanco y parecía mirar por la vitrina del negocio hacia la calle iluminada. Escuchó el rumor que venía de las mesas de billar. Dos de las cosas que dijo Clyde sobre Jimmy eran falsas. Sweet tenía casi 40 años, pesaba 20 libras menos que un peso pesado. La única verdad era que tenía más experiencia que Clay. Sin embargo, Jimmy dijo: “Eso es cierto” para convencerse a sí mismo de las dos mentiras de Clyde. Bien, no se engañen. Seamos objetivos. Lo cierto recibe su confirmación en el experimento. A menudo, la comprobación práctica se realiza por procedimientos mediatos. Y, ¿no existe el azar para convertir lo falso en verdadero?
-Vamos a hacerlo- dijo Jimmy, más por tedio que por entusiasmo.
Cualquiera con un poco de sentido común sabía que enfrentarse a aquel muchacho no era poca cosa. Cierto que parecía un estudiante de escuela superior, pero apenas hacía tres meses, Cassius Clay se había mudado a Miami para entrenar con el incomparable Angelo Dundee. Hacía apenas semanas Clay estaba en las portadas de Life y Sports Illustrated capturado por el lente del gran Flip Schulke haciendo shadow boxing bajo el agua en una piscina de un hotel de cinco estrellas en una playa de Miami. Su medalla de oro olímpica todavía estaba tibia por el calor de su cuerpo. Clyde tenía razón. Ni siquiera tenía que ganar.
Aquella noche del 7 de febrero de 1961, cuando sonó la campana, Jimmy olvidó el mundo y en su mente solo escuchaba el mantra “eres tan joven como Clay, eres tan fuerte como él, tienes más experiencia”. Se lo repitió tres veces, cuatro veces, lanzó un jab de izquierda, Clay bailó a su alrededor con una sonrisa enervante. Enfurecido por la arrogancia del medallista olímpico se avalanzó sobre él lanzando un barrecampo de derecha que se perdió en el aire donde una fracción de segundos antes estaba la quijada de Cassius. Cuando Jimmy Sweet se volteó a ver dónde estaba el joven maravilla una izquierda, una derecha y otra izquierda llegaron de nadie sabe donde a su quijada, a su ojo derecho y otra vez a su quijada. Cuando despertó en el camerino, agua fría mediante, pidió la revancha. Cuando recuperó la razón se retractó. Cassius Clay fue al camerino a saludarlo y para asegurarse de que estaba bien. Se hicieron amigos. Alguna gente aseguró haberlos visto salir del Miami Beach Auditorium juntos y que años después, cuando ya era campeón venía a Miami a buscarlo y daban paseos en el Cadillac rosa del Más Grande Pugilista de la Historia.
Si no lo saben, Cassius Clay se convirtió en campeón mundial en apenas cuatro años noqueando dos veces consecutivas a una bestia como Sonny Liston. Se convirtió al Islam y su nombre fue desde entonces Muhammad Alí. Se negó a ir a la guerra de Vietnam y fue un héroe de mi niñez. The Greatest. Me ofendería saber que alguien no conoce la historia de Alí. Me sorprendería que alguien se interesara por la de Jimmy Sweet Robinson.
A mí me gustaría decir que el dulce Jimmy se recuperó y tuvo una buena carrera. Su mejor momento fue ese mismo año cuando triunfó cuatro veces consecutivas contra cuatro rivales que sumaban entre ellos 4 victorias y 28 derrotas. Perdió sus últimas 12 peleas y en la mayoría de ellas lo noquearon. Jimmy era famoso en los salones de billar de su barrio. No perdía oportunidad para contar su experiencia más importante a los clientes: aquellos 90 segundos en los que enfrentó al Más Grande, Muhammad Alí -cuando se llamaba Clay-. La última vez que alguien lo vio caminaba -los brazos cruzados a su espalda- entre los rieles abandonados a las afueras de la ciudad. Quizás la muerte vino a verlo:
– Hey, Jimmy Sweet, súbete al ring conmigo. Esta es tu última pelea.
Lo habrá pensado un minuto. Quizás minuto y medio.
-Bueno, Muerte, estoy cansado. De todas maneras sé que no voy a ganarte pero si luzco bien quizás me den un lugar en el cielo.
LunaticaTV.com abrirá una nueva sección de poesía. Estaremos seleccionando varios poemas para publicarlos semanalmente. ¡Participa! Envía tus textos de la siguiente manera
1. Regístrate
2. Pega tu poema en el encasillado
3. Envía
Mantente conectadx a www.lunaticatv.com Todos los jueves añadiremos nuevos poemas en la sección de poesía. ¡Uno de ellos puede ser el tuyo!
Asegúrate incluir en el texto tu nombre y apellidos, ciudad y país.
Puedes copiar y pegar (copy/paste) de un texto que ya tengas listo en otro formato.
*Esto no es una competencia. Los participantes colaboran voluntariamente sin ningún interés de remuneración. Al registrarse, los participantes certifican que son autores de sus poemas. Los autores mantienen todos los derechos de sus obras y ofrecen permiso a LunaticaTv para que sean publicadas a perpetuidad en la página. El autor podría solicitar que se remueva su obra en cualquier momento. La selección será arbitraria y LunaticaTV no ofrece ninguna garantía de que su obra será publicada. Al registrarse, los participantes aceptan los Términos de privacidad y Condiciones de Uso de la página.
El arte acción a través de la poética visual ha permitido mostrar y expresar discursos artísticos, personales y políticos que buscan otras formas de construir nuestras realidades tan atomizadas por estructuras hegemónicas que buscan desde todos los medios posibles, la normalización y asimilación de dispositivos de control y violencia cada vez más sofisticados y domésticos.
Esto ha generando un auto-policionamiento sobre nuestrxs cuerpxs y nuestras estructuras de pensamiento que se replican en lxs otrxs de manera sistémica. Los actos de resistencia-resiliencia se dan ante la urgencia, ante el dolor y la rabia de imaginar que esta es la única forma de vivir, por lo tanto, las estrategias se han hecho presentes a través de políticas afectivas, de procesos creativos individuales y comunitarios, del reconocimiento de una memoria ancestral originaria, entre muchas otras que cada vez y con más consciencia responden a situaciones contextuales, más que coyunturales.
Las prácticas de lxs artistas dan muestra de una reflexión continua y activa desde diferentes ámbitos, cada unx de ellxs acciona otras formas de asumir las relaciones inter-subjetivas y su devenir desde el afecto radical, desde el cuidado de sí, desde la construcción colectiva, desde la poética y política del cuerpx.
Esta muestra es una colaboración de Fausto García, artista y curadxr de Querétaro, México y Tribu, un espacio cultural independiente en la ciudad de Montevideo, Uruguay para mostrar el trabajo de artistas mexicanxs de performance y su visión sobre el tránsito de sus cuerpxs desde la poética y la política a través del arte acción como un medio de comunicación.
Esta curaduría no sólo responde a un propuesta estética, es también parte de una red de artistas Latinoamericanxs que se conecta y se expande a través de los afectos, de las urgencias, de las vivencias, tránsitos y resistencias. Cuerpxs Poéticos- Cuerpxs Políticos es una curaduría expresamente hecha para el ámbito virtual, pensando en los espacios y las posibilidades que tenemos al alcance en este momento de des-materialización del encuentro.
El proyecto Tribu (espacio cultural independiente) se propone ser un espacio de cruce de diversos aspectos de la cultura contemporánea. Entendiendo a la CULTURA como un complejo sistema de entre-cruzamientos de realidades naturales, geopolíticas, sociales, culturales, experienciales, estéticas y políticas. Es por ello que creemos que nuestro accionar como sujetxs, a la vez productorxs y producidxs debe de estar signado por un constante diálogo con el medio en el cual nos insertamos.
Lxs artistas que participan son Lia García (La Novia Sirena), Luz del Carmen Magaña, Santo Miguelito Pérez, Kiyo Gutiérrez y Fausto Gracia. El trabajo lo podrán ver en la pagina de instagram de Tribu (@tribu_montevideo ), tanto en la galería de fotos, como en las historias.
Perfiles de instagram: @tribu_montevideo @fg.faustogracia @cucaracha_debarrio @lucy.magana.357 @santomiguelitoperez @kiyogutierrez
Guaynabo se encuentra al norte de la isla de Puerto Rico. Y Puerto Rico está en el Caribe. En la ruta de los polvos del Sahara y los huracanes. Nada, se los digo para que sepan que no es un lugar exclusivo y que las urbanizaciones con control de acceso y los apartamentos a sobreprecio no cambian esa realidad.
El pueblo tiene una superficie de aproximadamente 70 kilómetros cuadrados (27 millas², como decimos en puertorriqueño). El primer poblado europeo de la isla, y uno de los primeros de América, fue establecido allí. Quizás el lugar más conocido de Guaynabo sea ese, las ruinas de Caparra. En 1508 el conquistador Juan Ponce de León, estableció allí una casa fuerte. Estaba a una legua de la costa y para llegar a ella había que atravesar pantanos.
En la Escuela Ramón Marín me enseñaron que los primeros europeos decidieron construir la ciudad capital en la isleta de San Juan huyendo de los mosquitos de Villa Caparra. Había otras razones pero quiero hacer el cuento corto y hablar de las cosas importantes: los nativos le prendieron candela al asentamiento muy temprano en la historia mientras Ponce de León andaba buscando la fuente de la juventud en Bimini. Bueno, lo de la fuente de la juventud no es verdad. Más bien Bimini era un premio de consolación del Rey Fernando que se había decantado por Diego Colón. Ponce de León fue a ver lo que le habían concedido.
Fue Gonzalo Fernández de Oviedo quien se dedicó a construir esa leyenda de la fuente de la juventud y la hemos repetido por siglos porque, hey, está claro que es mejor dejar correr una buena historia que entorpecerla con datos verídicos.
Allí, en la Elemental Ramón Marín, distraído, mirando por la ventana mientras los maestros hablaban de gramática, matemática, and English Language me imaginaba a Ponce de León recibiendo flechazos de los indios en Florida. En la hora del recreo me iba al parque de pelota y en mi imaginación recreaba en el diamante alguna batalla contra los invasores mientras los chamacos de intermedia fumaban por primera vez. Yo fumé mucho más tarde y lo dejé hasta el día de hoy.
Por alguna perversión el municipio celebró por algunos años el Carnaval Mabó, celebrando el pasado indígena que Ponce de León se encargó como pudo de borrar de la faz de la tierra. No lo consiguió. En 1787 todavía vivían 3,000 indios en el barrio Indieras, en Maricao y Las Marías. Esa insistencia en lo indígena es sospechosa. El nombre del pueblo, Guaynabo, parece significar “aquí hay un lugar con agua dulce”. No tenemos un traductor de arahuaco vivo desde el siglo XVIII y la lengua desapareció. Así que le hacemos caso a los cronistas y a los historiadores. Hubo indios. Y quizás si la carretera #2 no la hubiesen construido justamente por encima del primer asentamiento europeo en a isla, tendríamos en Guaynabo un buen museo que incluiría flechas, macanas, azulejos de la casa del primer gobernador. Seguramente hasta el cáliz de la ermita se lo llevaron los formidables tecnócratas que construyeron la carretera.
Diez barrios tiene mi pueblo: Camarones, Frailes, Guaraguao, Guaynabo Pueblo, Hato Nuevo, Mamey, Pueblo Viejo, Río, Santa Rosa y Sonadora. Su patrono es San Pedro Mártir de Verona. Colinda al norte con el pueblo de Cataño y Puerto Nuevo. Cerca se encuentra el humedal más grande del área metropolitana, la Ciénaga Las Cucharillas. Ha sido deforestado y reforestado en varias ocasiones. Y se contamina con el desarrollo industrial del área todos los días. Después del huracán María se sembraron palo de pollo, cobana negra y emajaguilla a ver qué pasa. Pero seguramente volverá a deforestarse con la creación de alguna urbanización, un almacén de suministros perdidos o por el efecto de la contaminación.
Hacia el centro del municipio es bastante llano aunque hay varios mogotes. Hacia el sur Guaynabo es montañoso. El Cerro Marquesa, con 1,673 pies de altura sobre el nivel del mar, es el lugar más alto del pueblo.
Cuando tenía el cabello negro y sueños por alcanzar conocí varios de los recursos hidrográficos del pueblo. La frontera con Bayamón es un río por el que entraron indios que venían de las islas vecinas y le dieron una paliza a par de colonizadores. El río Guaynabo es tributario del Bayamón. Alguna vez subimos por el barrio buscando el origen. De vez en cuando caminamos a la vera de las quebradas: Sonadora, Damiana, El Marqués, Limones, Camarones, Margarita.
Me ha sorprendido que algunos residentes más jóvenes -guaynabitos los llama el pueblo- no sepan que el pueblo tiene costa. Por esa zona, que forma parte de la Bahía de San Juan, había más de 100 cuerdas cubiertas de mangle. Nosotros íbamos a pescar buruquenas allí. Alguna vez logramos pescar un pez globo. Y lo matamos para ver como se inflaba defendiéndose de nuestro salvajismo. O más bien, defendiéndose de nuestro urbanismo.
Una colaboración entre WAI Think Tank y UNITED NUDE
Nacida de la interrupción provocada por la pandemia global de COVID-19, esta narrativa es un llamado a repensar las formas en que vivimos, imaginamos, producimos y compartimos.
Es una invitación especulativa a cuestionar nuestros medios de producción mientras creamos y fomentamos nuevas redes de solidaridad el exceso y el despilfarro del llamado “fast fashion”, UNA ODISEA FANTÁSTICA es un manifiesto visual para futuros radicalmente diversos y sostenibles. La serie une a través de un escenario visualmente especulativo el análisis del pensador camerunés Achille Mbembe sobre ‘Cuerpos, estatuas y efigies’, al igual que la carta abierta iniciada por Dries Van Noten a la industria de la moda, la invitación de Giorgio Armani a “realinear todo”, la solicitud de Lidewij Edelkoort de “reducir la velocidad y cambiar nuestras formas “, y se basa en el espíritu de Dieter Rams “menos, pero mejor “.
Una colaboración entre nuestro estudio WAI Architecture Think Tank y el arquitecto y diseñador holandés radicado en Los Angeles Rem D. Koolhaas fundador de la marca United Nude, UNA ODISEA FANTÁSTICA propone diseños que a diferentes escalas orientan a la humanidad en su lucha contra la superfluidad. La serie es una combinación de los collages postcoloniales de WAI que resaltan el choque entre la forma arquitectónica pura, los monumentos ideológicos y la naturaleza, y los diseños de Koolhaas que emplean la forma pura como el principio fundamental de los zapatos, muebles y automóviles. La serie desafía por un lado el papel del arquitecto como un orquestador tras bastidores, cuando (respondiendo al llamado de Koolhaas) nos hemos convertido en los personajes de la narrativa. Por el otro, el proyecto cuestiona el papel de la monumentalidad de la arquitectura, ya que las formas puras oscilan desde la escala los tacos y zapatos deportivos, hasta los edificios que existen sin desdibujar los paisajes que ocupan.
A medida que nos movemos a través de paisajes tropicales, como aquellos históricamente amenazados por las vacías promesas de progreso y desarrollo insostenible, las formas geométricas puras actúan simultáneamente como camuflaje, vestimenta e iconografía arquitectónica. Recordando algunas de las arquitecturas más radicales del siglo XX, la serie presenta diseños que siguen siendo relevantes después de décadas y el automóvil a baja resolución (Lo-Res Car) de Koolhaas en busca de manifestaciones radicales de forma incondicional. Los zapatos, los artefactos y los edificios en UNA ODYSSEY FANTÁSTICA son parte de una búsqueda de eficiencia fundamental para lo que finalmente permanece.
Lo fantástico exige “hacer visible” no solo las formas puras que permiten que el diseño trascienda el anquilosamiento de las tendencias estacionales y las modas pasajeras, sino también los cuerpos que producen y usan estos diseños. Contra una condición global de alienación, la colaboración es el máximo símbolo de solidaridad. Frente a un sistema global de exceso, el diseño atemporal es una de las manifestaciones sostenibles más poderosas. A través de la combinación de formas puras, imágenes de vanguardia, UNA ODISEA FANTÁSTICA enmarca un viaje a través del comienzo de nuevos mundos.
*Esta colaboración fue creada antes de las recientesmanifestaciones que exigen justicia y dignidad para las vidas negras, el proyecto refleja la urgente necesidad de reinventar radicalmente el mañana.
El mundo de las artes plásticas continúa efervescente y la visibilización de los artistas es ahora mayormente difundida a través del Internet. Tanto museos, galerías, así como curadores independientes se abren espacio en esta nueva ruta internauta. Les recomiendo echar un vistazo al catálogo de la muestra virtual en Instagram Hombre, demasiado humano, organizada por @PORTAESPACIOS y curada por Raúl Rodríguez* que reúne un conjunto de 18 obras de artistas de distintas nacionalidades. Los exponentes están entrelazados por una línea generacional y una constante investigación en el cuerpo y sus interrogantes, no sólo en su obra sino también a través de sus vidas.
Kenny Lemmes, Sin título, de la serie Venus Perversa 2019
“Las obras versan sobre la separación y tangencialidad de la representación universal, viril, fuerte e invencible del varón, que mientras se aleja de cualquier tipo de mayúsculas se presenta y acerca al hombre como ser humano –en demasía– que autoafirma su voluntad de liberarse de fórmulas morales y sociales, ficcionadas y espectacularizadas desde tiempos inmemoriales (y por ello cuestionables) en los que ‘El Hombre’ cazaba y ‘La Mujer’ reproducía.
Kenny Lemmes, Sin título, de la serie Venus Perversa 2019
Luego continúa elaborando acerca de la muestra “Sin embargo, con el pasar de los años y gracias a los logros de los movimientos feministas y queer, junto a sus sólidas bases teóricas que demuestran la posible variedad del triedro sexo/género/sexualidad, la figura del hombre homosexual adquiere otra percepción, en la que son ahora ‘aceptados’ dentro de una ‘normalidad’ en la que El Hombre aún continua imperante en su mundo capitalista. “ Para leer leer más del escrito puede dirigirse directamente a @portaespacios.
Portada: Los dos Javis, 2018. / Desentierro (Mantegna y Che), 2017. Fotografía Digital. Los Picoletos (Fabro Tranchida y Dante Litvak).
*Raúl Rodríguez es un artista y curador multidisciplinario venezolano con especial interés en la cualidad presencial y corporal del Ser. Ha presentado trabajos en Venezuela, Ecuador, Colombia, Estados Unidos, Finlandia, entre otros. En 2016, en colaboración con Eisen Guerrero, creó PORTAESPACIOS
** Manuel Vázquez- Ortega nace en Aragua, Venezuela, en 1994. Arquitecto por la Universidad de Los Andes (2018), en la que se desempeña actualmente como profesor del Dpto. de Materias Históricas y Humanísticas. Como investigador independiente de la ciudad venezolana contemporánea, sus procesos y dinámicas, ha desarrollado una serie de búsquedas en torno a lo social y lo político cuyos resultados han sido exhibidos en el I Salón “Arte y Sociedad” (Centro Cultural B.O.D. / Goethe Institute, 2018), 20º Salón Jóvenes con FIA (Maczul, 2017), 13º y 15º Salón Nacional de Jóvenes Artistas (Maczul, 2016-2018) y I Salón “Representación contemporánea de la imagen” (IV Festival Méridafoto, 2016). Así mismo, sus textos e inquietudes teóricas han sido publicadas en plataformas web como el Archivo de Fotografía Urbana, Prodavinci, Artishock, el Blog de La ONG, Tráfico Visual, entre otras revistas académicas internacionales. Desde 2017 se desempeña como Coordinador de Espacio Proyecto Libertad (@espacioplibertad)
PORTAESPACIOS es una organización de arte con sede en Valencia, Venezuela, centrada en la educación, creación, exhibición y difusión de las Artes, la Arquitectura y el Diseño. Instagram: @portaespacios